El valor que cada persona se otorga a sí misma es de vital importancia para el propio bienestar y para las relaciones personales.
De hecho, la confianza que desprende un individuo con una buena autoestima es vital para el mantenimiento de relaciones sociales sanas.
Nuestra autoestima influye decisivamente en la manera en la que nos relacionamos con los demás. Las personas con una autoestima equilibrada suelen tener un funcionamiento social más satisfactorio mientras que las personas con una autoestima baja pueden vivir las relaciones sociales con ansiedad y miedo al rechazo.
En las relaciones personales es importante entrenarse en pedir lo que queremos y en el saber decir “no”.
Pedir lo que necesitamos: Las personas con autoestima baja no suelen ser capaces de pedir las cosas que necesitan, por lo que muchas veces sus derechos serán ignorados.
Saber decir "no": El miedo al rechazo puede hacer que la persona no sea capaz de negarse a cosas que están en contra de sus ideales o sentimientos, con la considerable carga de culpa y ansiedad que sufrirán después.
Quien se quiere a si mismo y se respeta es capaz de relacionarse con los demás de la misma forma estableciendo relaciones más sanas.
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