¿Qué pasa si nos
desconectamos de nuestras emociones?
Cada vez tenemos menos tolerancia a la tristeza,
al desánimo, a la ansiedad. Cuando las emociones son muy intensas nos pueden
llegar a generar una sensación de descontrol que nos lleva a negar lo que estamos
sintiendo y a veces incluso a desconectar
emocionalmente.
Hay distintas
formas de evitar las emociones, evitamos aquellas situaciones que nos producen
miedo, nos colocamos en una posición de víctimas, nos olvidamos de nuestras
necesidades para volcarnos en los demás,
nos evadimos cada cual a su manera y un larguísimo etcétera.
¿Y para qué evitamos una emoción?
Puede ser que hayamos aprendido que esa
emoción no es adecuada, como la conocida frase de “los chicos no lloran” quizás nos da miedo por alguna experiencia de
nuestro pasado o no hayamos aprendido a gestionar nuestras emociones y sea un
mundo extraño en el que nos cuesta navegar.
EL PROBLEMA, que desconectarnos
de nuestras
emociones se convierte en sufrimiento. Las estrategias que
utilizamos consciente o inconscientemente para evitarlas nos alejan de nuestro
equilibrio personal y generan conflicto
con
nosotros mismos y con los demás.
CADA EMOCIÓN LLEVA UN MENSAJE
La tristeza nos dice que hemos sufrido una pérdida,el miedo nos habla de la posibilidad de que personas que nos importan, nuestros proyectos
o nosotros mism@s podamos estar en peligro.
Ver las emociones como mensajeras que nos traen
información muy valiosa sobre nosotr@s mism@s puede ayudarnos a escuchar y
aceptar cada una de nuestras emociones.
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