viernes, 15 de enero de 2016

Vivir despacio con tus hijos.

Cuando el comerciante que vendía píldoras para calmar la sed y poder ahorrar un total de unos 53 minutos por semana al tenerte que olvidar de la necesidad de beber llegó hasta el Principito y se las ofreció, éste le contestó: “Si yo tuviera 53 minutos libres para gastarlos en lo que quisiera, me dirigiría tranquilamente hacia un manantial de agua fresca” 

 Vivir despacio es lo que propone la corriente slow que promueve calmar las actividades humanas tomando el control del tiempo, en lugar de someterse a su tiranía. 

 Carl Honore, es el creador de este movimiento anti-prisa. Su filosofía nos recuerda la importancia del ser en lugar del tener y del valor de la vida slow, el ir despacio, defendiendo la lentitud para poder saborear los momentos y sobre todo, aprender a priorizar en la vida. 

 En nuestro día a día estamos acostumbrados a ir rápido, a llegar a todo y sin darnos cuenta hacemos que nuestros hijos pasen por el mismo estrés a diario. 
Diariamente los niños después del colegio se preparan para ir a natación, inglés, clases de repaso, deportes, baile, entre otras actividades. ¿Realmente los niños necesitan llenar todos los huecos de su horario?¿Cuál sería el ritmo de tu hijo? 

Observa a tu hijo, qué necesita, disfruta con lo que hace? Utiliza tu intuición para saber si se siente cansado o estresado. Escucha sus sueños, sus miedos, sus alegrías, sus fracasos, sus fantasías y problemas. Desacelera y ve a su ritmo.




Como dice Carl Honore," el virus de la prisa es una epidemia mundial. Si lo has contraído trata de curarte." 

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