¿Pereza, comodidad, miedo? Para encontrar nuestras propias respuestas tenemos que esforzarnos y es mucho más cómodo seguir las ideas que nos vienen de fuera y a veces, asoman nuestros miedos complicando un poco más las cosas, porque tenemos que admitir que pensar por sí mismo resulta arriesgado y cuando nos sentimos atemorizados nos aferramos a lo conocido, lo seguro.
Estamos influidos por los medios de comunicación, por los libros que leemos, por las tradiciones e ideas predominantes,somos el resultado de esas influencias no reconocidas muchas veces. En cuantas ocasiones cuando hablamos con amigos, repetimos los mismos argumentos que hemos leído o escuchado en los medios de comunicación sin haber elaborado una opinión propia.
En los libros de filosofía, en los Manuales sobre Derechos Humanos puedo leer: "La libertad de pensamiento se caracteriza por la capacidad de una persona frente a cualquier situación para cambiar voluntariamente de pensamientos, comportamientos, conceptos y sentimientos.” Pero no podemos tener libertad para pensar por nosotros mismos si dejamos que otros piensen por nosotros, necesitamos desarrollar la capacidad crítica derivada de la reflexión y del cuestionamiento.
Somos libres para pensar por nosotros mismos pero..¿tenemos el valor de hacerlo?
No hay barrera ni cerradura que puedas imponer
a la libertad de mi mente.
Virginia Woolf
Este tema sobre la libertad de pensamiento, me parece muy adecuado en estos momentos en que en España faltan tan pocos días para las elecciones del 20 de diciembre. Eso puede llevarnos a romper con tradiciones familiares, a pensar realmente cuales son las promesas en las que se puede confiar y que sociedad queremos apoyar no sólo para nosotros, sino también para nuestros hijos y nietos. Respetar los distintos puntos de vista de cada uno no elimina la necesidad de pensar libremente lo que consideramos mejor no sólo para nosotros, sino también para los menos afortunados. ¡Un verdadero desafío!
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