¿Eres un vaso que se desborda, una olla exprés, un tsunami emocional? ¿Qué haces cuando las emociones toman el control?
Enterramos, anestesiamos, dejamos a un lado nuestras emociones pero en realidad
no podemos suspender, desconectar o eliminar las emociones.
El resultado de esta disciplina a veces férrea por controlar las emociones
es la pérdida del contacto con uno mismo, la enfermedad emocional.
Las emociones que quedan atrapadas dentro de la persona buscan resolución y expresión.
Esto forma parte de la naturaleza de las emociones, porque deben sentirse y expresarse.
Las emociones son reacciones instintivas, impulsos para actuar,
ante situaciones y circunstancias diversas, nos señalan la dirección que necesitamos
tomar para actuar en cada situación, al facilitar la toma de conciencia de lo
que nuestro organismo está experimentando.
La clave para lograr efectividad en el manejo y gestión de las
emociones no es negarlas o controlarlas, sino permitir que fluyan, respetando
tus límites propios y de los demás, dejar que tu emoción te diga que está
pasando contigo, para luego decidir cómo atenderla de la manera más segura.
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