viernes, 9 de enero de 2015

Nos construimos en el encuentro con los otros.

Familia, pareja, amigos, trabajo, convivimos, tejemos unos con otros una red de relaciones que construyen y nos construyen.
Los seres humanos no estamos aislados, interaccionamos  con otras personas y además esas relaciones  influyen en nuestra percepción del bienestar.

Las relaciones son una  fuente de felicidad y también de sufrimiento. Nos sentimos felices entre amigos, en una buena relación de pareja, en familia, sin embargo, también surgen malos entendidos  y conflictos que pueden provocar desencuentros y soledad y sufrimiento.

Para convivir necesitamos mimar y cuidar cada encuentro, ser más conscientes de que cada persona y cada encuentro es único.

Escuchar, dialogar, no caer en las arenas movedizas de las expectativas. Estar abiertos sin evitar los conflictos entendiendo que a veces pueden convertirse en caminos de descubrimiento.

Las relaciones se construyen sobre la base del respeto mutuo, sin respeto no hay encuentro que construya y renueve.

Y practicar y practicar, entrenando nuestra capacidad para seguir un ritmo  compartido, como quien aprende a bailar.

Sintonízate con los demás, practica el arte de la convivencia y recuerda si quieres hallar amistad, dulzura y respeto, ¡llévalas contigo¡






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