“Sin ti yo
no soy nada...” escuchamos en las canciones una y otra vez, creemos que el amor es no poder vivir sin el
otro, que la felicidad llegará de las manos de un príncipe o una princesa y todo eso que vamos
aprendiendo, interiorizando hace que suframos una y otra vez cuando no
llega, si no es como esperábamos, o si pasado un tiempo los príncipes/as acaban
destiñendo nuestra vida.
Para evitar la dependencia, es
importante construir relaciones equilibradas. relaciones basadas en el respeto y la igualdad.
Como dice Virginia Satir, deberíamos amar sin aferrarnos para ayudarnos a crecer
mutuamente.
Aprender a
cuidarnos y reconfortarnos, a
respetarnos y afirmar nuestros derechos de forma asertiva, confiar en nosotros mismos, porque para poder querer desde la generosidad,
el respeto, el cuidado mutuo y el amor profundo tenemos que querernos
a nosotros mismos.
Como leía en un libro esta semana: “cariño,
te quiero mucho, pero sin ti también me
iría bien”.
El amor
solo tiene sentido si amamos desde la
libertad y el respeto.
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