jueves, 9 de junio de 2016

Ser nosotros mismos.

“Ser nosotros mismos nos causa ser exiliados por muchos otros. Sin embargo, cumplir con lo que otros quieren nos causa exiliarnos de nosotros mismos.” Recuerdo que la primera vez que leí esta frase de Clarisa Pinkola pensé que encerraba uno de nuestros grandes retos como seres humanos. Ser nosotros mismos. Ir conociendo nuestro yo interior: cómo soy, cómo me comporto, qué quiero, qué es importante y valioso para mi. 

Somos seres únicos, con experiencias, pensamientos, opiniones diferentes. 

Cuando buscamos aprobación, cuando nos comparamos, cuando nos juzgamos, a veces duramente, nos exiliamos de nosotros mismos, nos alejamos y nos perdemos entregando pequeños trocitos de nosotros, pequeños trozos de nuestra valía personal.

 Para recorrer el camino inverso e ir en nuestra busca, para volver a encontrarnos, tendremos que observarnos ante el espejo detenidamente y buscar todas esas potencialidades que muchas veces tenemos escondidas bajo nuestros miedos y hábitos. 

 Cuando uno logra de nuevo conectar consigo mismo se vuelve más creativo y las preguntas cambian: ¿qué significa para mí? ¿Qué es importante para mi? ¿Qué necesito? Para ello es necesario abandonar las barreras defensivas con las que nos hemos protegido, abrir las ventanas desde las que hemos estado mirando la vida y experimentar lo que ha estado oculto en el interior. Así podremos llegar a convertirnos en personas con más confianza, más abiertas a la vida, conectados a nuestras emociones y pensamientos, sin juicios ni comparaciones.

 Cuando nos aceptamos como somos, experimentamos paz y serenidad. Aceptarnos es el punto de partida para todo lo que queramos construir y para poder vivir plenamente.


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