El Día Internacional de la Mujer es una buena ocasión para reflexionar sobre lo construido y también para darnos cuenta de lo que queda aún pendiente.
La primera imagen que ha venido a mi cabeza han sido mis abuelas que nacieron en unos años en que la mujer no tenía derecho a voto, vivían supeditadas a sus padres y maridos y todavía no se había inventado la palabra igualdad de género.
Se han hecho muchos cambios y se ha mejorado la posición de las mujeres en nuestra sociedad pero estamos obligadas como ciudadanas de este mundo que compartimos con millones de mujeres a seguir trabajando para que la igualdad traspase fronteras y llegue a todos los rincones de nuestro planeta. Todavía millones de mujeres siguen luchando por tener una educación adecuada, conseguir trabajos mejor remunerados o hacer respetar su cuerpo.
Ningún país alcanzará su pleno potencial sin dar poder sobre sus vidas a las mujeres. Es importante que puedan participar en las decisiones que afectan sus vidas y que se eliminen las barreras y la discriminación, que entorpecen el camino de las mujeres y las niñas de todo el mundo.
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