Gabriel García Márquez decía: “Lo más importante que aprendí a hacer
después de los 40 fue a decir no cuando es no“
Y es que hay palabras pequeñas, monosílabos importantes
que nos cuesta decir, como la palabra No.
Para todos en algunas
ocasiones es difícil decir no y algunas personas llegan a sufrir cada vez que
se han de negar a algo.
Nuestra necesidad de ser valorados, atendidos y tenidos
en cuenta, puede llevarnos a mostrar una constante disponibilidad a todo,
pero…¿qué precio pagamos por ello? Perdemos autoestima, energía física y
mental, salud emocional, nos perdemos a nosotros mismos.
¿Has pensado alguna vez que si siempre dices
si a los demás tal vez te estés diciendo, no, a ti mismo?
Aprender a decir que no, es esencial para empezar a dejar de faltarnos el respeto a nosotros mismos.
A veces decimos “SI” buscando la aceptación,
tarea que conlleva mucho desgaste personal, otras, en cambio, nos enfrentamos a
los demás con un “NO” rotundo sin pensar en la repercusión que tendrá en el
otro.
La asertividad
es el arte del equilibrio entre mis necesidades, mis pensamientos y opiniones y
las necesidades, pensamientos y opiniones del otro.
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