¿Es la adolescencia una edad de oro para el
aprendizaje, una fase de la vida fascinante?
Comparto con vosotr@s algunas ideas de un artículo de
Jose Antonio Marina que nos hacen ver la adolescencia con una mirada nueva,
positiva y rica en aprendizajes.
Que la adolescencia de los hijos es una época de crisis, que también lo
será para la organización familiar, obligando a los padres a reinventar su
lugar, ya sea con su pareja, con sus hijos
o en relación a ellos mismos, es una realidad pero también que esta etapa nos
ofrece retos para redescubrir a nuestros hij@s y para redescubrirnos a
nosotros.
No podremos aprovechar ninguna de estas
oportunidades si no cambiamos el modelo de adolescencia que estamos
transmitiendo, si no rodeamos socialmente a los adolescentes de un clima de apoyo, confianza,
reconocimiento, y exigencia.
La presión del ambiente es tremenda. Hay una potente industria
que considera que el adolescente es un consumista compulsivo y que debe
fomentar esta compulsión. Con frecuencia los adultos les estamos intoxicando de
comodidad, y con ello haciéndoles muy vulnerables. Es preciso proponerles modos nobles de vida, y no sólo
modos confortables de vida. Esto es difícil de hacerlo de forma individual,
como saben madres y padres, porque la influencia del grupo sobre el adolescente
es enorme. Por eso debemos intentar no sólo educar a nuestros hijos
directamente, sino ayudando a cambiar el entorno en el que crecen nuestros hijos.
Necesitamos cambiar el modelo de adolescencia que nos está perjudicando
a todos. Pero alterar un “modelo social” es difícil. Hace falta que mucha gente
lo tenga claro y colabore en ello. Queremos fomentar uno basado en el “talento de los adolescentes”. Sustituir el discurso del déficit, del problema, de la
angustia, por un discurso de la posibilidad, del crecimiento personal, del
desarrollo de la personalidad.
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