Una autoestima
sana protegerá a nuestros hijos frente a los desafíos de la vida.
Los niños que se sienten bien con ellos mismos
son capaces de manejar mejor los conflictos y de resistir a las
presiones negativas. Tienden a sonreír con mayor facilidad y a disfrutar de la
vida. Estos niños son por lo general, optimistas.
LA AUTOESTIMA es
el conjunto de creencias y valores que la persona tiene acerca de quién es, de
sus capacidades, habilidades, recursos y potencialidades, que le han conducido
hasta donde está y que le llevarán hasta donde crea que puede llegar.
Para nutrir la autoestima de los niños necesitamos crear un ambiente familiar de calidez, afectividad y
apoyo emocional, sin olvidar la importancia que tiene marcar unos límites
razonables, consensuados por los padres y conocidos por los niños.
Un factor que a veces
olvidamos es…y yo, ¿cómo me siento?, dicen que nadie puede dar lo que no tiene.
Muchas veces los padres y en especial las madres, cuidan y
están pendientes de los demás, pero, se olvidan de ellas mismas.
Es muy difícil ser una madre efectiva si no nos damos tiempo para nosotras,
en la medida en que estemos bien, es mucho más probable que nuestros hijos
también puedan estar bien.
Como padres es nuestra responsabilidad ayudar a los niños
a encontrarse, a amarse, a respetarse, a ser capaces de mostrarse tal cual son,
seres únicos y valiosos.
Recuerda:
Cuida-t para cuidarlos, quiere-t para quererlos
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